Eres ese metro que coges cuando se están cerrando las puertas.
Eres todos los sitios en los que no he estado.
Eres agua turbulenta sin puente que la cruce.
Eres un océano a nado, sin paradas en la travesía.
Eres rabia contenida saliendo a borbotones.
Eres la mirada de desaprobación en los ojos de alguien que te duele.
Eres agua después de 7 rones.
Eres todo lo que quise que alguien fuera.
Eres poder y querer.
Eres la llamada al despacho del jefe.
Eres una patada en la amígdala.
Eres todas mis noches cortas.
Eres una llamada perdida en una casa vacía.
Eres mis ganas de fumar y no hacerlo. Contención y disciplina, lo conveniente y lo prohibido en el mismo barco a la deriva de lo nuestro.
Eres mi cerebro explotando. Poniéndolo todo perdido de ganas salpicando… Rebosando.
Eres la vida a sorbos.
Un puñetazo en el centro de la mesa.
Arazaños.
Leche.
Poder.
Contención.
Almíbar.
Balas.
Cosas que pudieron ser pero no. Que estuvieron a punto. Que se derramaron por descuido, por falta de guardia, de tacto…
Y yo sé que te conseguiré pero de una manera incompleta.
Y yo te quiero entero. Con tus pestañas negras, tus maneras de andar sin garbo, tus cabeza alta, tus reflejos de cielo en la mirada. Con todo, no con una parte. Esa que me dejas ver a veces cuando todo falla. Migajas de ti que repartes, que te sobran y no sabes dónde meterlas.
Así es como es siempre contigo.
Y yo lo que quiero es tenerte sin condicional. Generoso, transparente. Sin miles de preguntas envolviéndote, con ganas, sin medias tintas. Blanco o negro, sin escalas de grises. Que la pelota caiga y lo haga de tu lado. Match point.
Y yo lo que quiero es tenerte pero por dentro. Sin esquinas, solo curvas adaptándose a mi cuerpo, solo ideas adaptándose a mi mente, solo aire, solo trigo, solo luz…Sin aditivos. Sin “sí pero no”, capeando el temporal, apostando todo, sin red, sin palabras que dicen lo contrario que los hechos, sin tener que estar sin ti. Y ya, ¿de verdad es tan complicado?