Hay lugares que no quieres compartir con nadie.
O personas.
Quieres guardártelas. Retenerlas en las retinas y luchar contra sus fantasmas.
Y a veces es mejor borrarlas para que dejen de doler. Por eso ya no le hablo a nadie de ti, así algún día solo serás producto de mi imaginación.
Así nadie sabrá que una vez quise decapitar a todos tus monstruos.
Así en algún momento te confundiré con algo que no pasó.
Así tu estela se apagará en mis ojos y se desatarán todos los nudos a los que me amarré cuando el puerto se quedó vació.
Así me olvidaré del peso de tu cuerpo sobre el mío.
Así todos nuestros puntos de luz se apagarán y ya no sabremos dónde encontrarnos.
Así te relegaré a pasado.
Así en mis arterias volverá a correr la gasolina prendida.
Así la estela de lo nuestro desaparecerá de todos los mapas por los que camino.
Así el virus se me arrancará del cuerpo y mis dedos sabrán olvidar como tocaban tu boca.
Así te cortarás con el filo de todo lo que no te dije.
Así dejarán de sonar violines cuando recuerdo la cartografía de tus lunares.
Así mis sístoles no volverán a esperar jamás a que suenen tus diástoles.
Así…